Una hermana, de esas que son para siempre.

sábado, 2 de abril de 2011

Si callo escucha mi mirada.



Si yo, tú. Si caes, yo contigo, y nos levantaremos juntos en esta unión. Si me pierdo encuéntrame, y si te pierdes yo contigo, y juntos leeremos en las estrellas cuál es nuestro camino. Y si no existe, lo encontraremos. Si la distancia es el olvido, haré puentes con tus abrazos, pues lo que tú y yo hemos vivido no son cadenas, ni si quiera lazos. Es el sueño de cualquier amigo, es pintar un te quiero a trozos y secarlo en nuestro regazo. Si yo, tú. Si dudo me empujas, si dudas, te entiendo. Si callo escucha mi mirada, si callas, leeré tus gestos. Si me necesitas silba, y construiré una escalera hecha de tus últimos besos para robar a la Luna una estrella y ponerla en tu mesilla para que te dé luz. Si yo, tú. Si tú, yo también. Si lloro ríeme, si ríes, lloraré, pues somos el equilibrio; dos mitades que forman un sueño. Si yo, tú. Si tú, conmigo. Y si te arrodillas, haré que el mundo sea más bajo; a tu medida. Pues a veces para seguir creciendo, hay que agacharse. Si me dejas, mantendré viva la llama hasta que regreses. Si preguntas seguiremos caminando, y yo sin condiciones, te seguiré perdonando. Si te duermes, seguiremos soñando, que el tiempo no ha pasado, que el reloj se ha parado. Y si alguna vez la risa se te vuelve dura, se te secan las lágrimas y la ternura, estaré a tu lado, pues siempre te he querido; siempre te he cuidado. Pero jamás te cures de quererme, pues el amor es como Don Quijote, que tan solo recobra la cordura, para morir. Quiéreme en mi locura, pues mi camisa de fuerza eres tú, y eso me calma, eso me cura. Si yo, tú. Si tú, yo. Sin ti, nada. Sin mí, si quieres, prueba..

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